El cable transatlántico EllaLink cerrará la brecha de conectividad entre las dos regiones

Ricardo Lagos
Presidente de Chile (2000-2006) & Miembro de Club de Madrid

La digitalización y su omnipresencia en todos los aspectos de la sociedad y la vida diaria ya eran una realidad antes de la pandemia de COVID-19. Esta transición hacia un ámbito digital, que se extiende para acomodar todas nuestras necesidades, incluye conceptos como mundo interconectado, economías globalizadas y decisiones políticas multilaterales.

Esta iniciativa sienta un precedente increíblemente positivo con idea de que otros lo sigan y aprovechen las tecnologías actuales y las revoluciones digitales, para impulsar un mundo verdaderamente interconectado y globalizado

La crisis mundial de salud sin precedentes que estamos viviendo ha acelerando enormemente este proceso, adaptando nuestro mundo a un entorno totalmente digital por la fuerza y sin previo aviso. Mientras nos adaptamos lentamente a una nueva normalidad y comenzamos a hablar sobre una era post-pandémica, estos cambios están destinados a establecer el tono y los estándares para la vida en el futuro. Ya no hay dudas sobre el papel abrumador que la digitalización desempeñará en todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas.

Hoy no hay ningún plan de futuro que pueda permitirse dejar fuera la conexión digital y la inclusión, e incluso hay quien establece que deberían ser el punto de partida del que se desprende toda discusión actual. Teniendo en cuenta ésto, es difícil subestimar la importancia de iniciativas como el programa de la Unión Europea BELLA -Building Europe Link to Latin America-, que brinda apoyo a las necesidades de interconectividad a largo plazo de las comunidades de investigación y educación de Europa y América Latina.

A través de la inauguración del cable transatlántico EllaLink será posible transformar la colaboración entre los dos actores, mejorando la conectividad digital y de datos, y promoviendo la inclusión digital. Este avance sin precedentes brinda oportunidades para el intercambio científico, cultural y comercial, y facilita el intercambio de datos de observación de la Tierra entre las dos regiones, acercándolas más que nunca para una transformación digital integral.

El programa BELLA, que actúa como una nueva autopista de datos digitales, tiene el potencial de llegar a 65 millones de usuarios en más de 12.000 instituciones en Europa y América Latina, cerrando una brecha de conectividad con 6.000 kilómetros de cable. Es decir, podemos llevar ingentes cantidades de información entre Portugal y Brasil en menos de 60 milisegundos. Dada la existencia de una red territorial en América Latina, y varios centros de investigación, es lógico pensar que el cable transatlántico mejorará la conexión los centros establecidos y Europa.

En nuestro tránsito a sociedades cada vez más digitales, pronto no recordaremos una época en la que la vida se viviera de otra manera que esta. El programa BELLA es el resultado directo de un esfuerzo de cooperación internacional que incluye gobiernos, organismos públicos y empresas. Pero sobre todo, incluye la voluntad de superar fronteras y distancias, y de conectarse en multitud de niveles.

Desde una perspectiva política, esta iniciativa sienta un precedente increíblemente positivo con idea de que otros lo sigan y aprovechen las tecnologías actuales y las revoluciones digitales, para impulsar un mundo verdaderamente interconectado y globalizado. A nivel sectorial, también tiene el potencial de mejorar en gran medida áreas que pueden beneficiarse enormemente de los intercambios científicos, académicos, comerciales y culturales. Estas dimensiones políticas del programa fomentan oportunidades para la innovación, la mejora y el cambio, así como la oportunidad de llegar directamente a las personas. El poder de la transformación digital y la inclusión digital son demasiado grandes para subestimarlos, especialmente en la época actual.

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